La irresponsable Sociedad del Nacimiento Libre

Posted by Adán Salgado Andrade on sábado, diciembre 20, 2025

 

La irresponsable Sociedad del Nacimiento Libre

Por Adán Salgado Andrade

 

Durante tantos siglos de evolución, las mujeres han ido perdiendo la capacidad de alumbramiento de forma natural. Cuando una yegua, por ejemplo, alumbra a su cría, lo hace sin complicaciones y hasta parada. O cuando una gallina desova un huevo, lo hace sin problemas.

No es así con las mujeres, las que, al menos, deben de ser asistidas por una partera. De hecho, las parteras son muy útiles en los casos de alumbramiento, pues gracias a ellas, es que se ahorran recursos, como los requeridos para atender a las parturientas en un quirófano, como la electricidad, el equipo, además del costo. En ese sentido, no sólo para ayudarlas a tener un buen alumbramiento, sino por los consecuentes ahorros, de todo tipo, que se presentan, es que la labor de las parteras es muy importante (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/12/las-parteras-y-comadronas-ayudan.html).

Sin embargo, no faltan personas irresponsables, mezquinas y ambiciosas que por hacerse ricas, propongan locas alternativas para hacer las cosas que la lógica y el sentido común no recomendarían. Y unas de ellas son las dos estadounidenses que fundaron la Sociedad del Nacimiento Libre (Free Birth Society), Emile Saldayaa y Yolande Norris-Clark, quienes han publicitado desde el 2017 que las mujeres deben de parir naturalmente, sin ayuda ni de doctores, ni estar en hospitales, ni, incluso, de parteras o comadronas, “pues tener a un bebé naturalmente, sufrir cuando está naciendo, es una experiencia única”, según señalan en su sitio de internet.

Es lo que expone el artículo de The Guardian titulado “Influencers hicieron millones de dólares alentando nacimientos ‘al natural’ y ahora la Sociedad del Nacimiento Libre está ligada a muchas muertes de bebés alrededor del mundo”, firmado por las reporteras Sirin Kale y Lucy Osborne, quienes nos introducen a su trabajo señalando que “una investigación de un año revela cómo madres perdieron a sus hijos, luego de que podcasts las convencieron totalmente de que sus hijos debían nacer sin parteras o doctores” (ver: https://www.theguardian.com/world/ng-interactive/2025/nov/22/free-birth-society-linked-to-babies-deaths-investigation).

Inician refiriendo el caso de Esau Lopez, un bebé que sufrió falta de aire por 17 minutos, pues su madre, Gabrielle Lopez, radicada en Pensilvania, había visto la página de la FBS y había adquirido en mayo del 2022 la costosa “Guía completa para el libre nacimiento”, pagando ¡$399 dólares! con el salario que ganaba cuidando a niños.

Y, en efecto, esa “guía” la convenció de que era una buena forma de tener a su hijo. Días antes de que naciera Esau, acudió a su hospital local, pues sentía que su hijo no se estaba moviendo adecuadamente. Le hicieron un ultrasonido y comprobaron que el bebé estaba muy grande y en riesgo de sufrir distocia de hombro (condición en que el hombro del bebé se atora con el hueso púbico de la madre), y le recomendaron que se internara. Sin embargo, como había recibido información de Norris-Clark de que “se exageraba lo de los bebés grandes y que una madre no podría concebir a uno que fuera enorme, como para que no pudiera ser desalojado, Gabrielle se convenció de que no tendría problemas”.

El resultado fue que Esau tardó en salir de la matriz y de la vagina. Como consecuencia, sufre, a sus tres años, de severa discapacidad y debe de ser alimentado por un tubo.

Sin embargo, ni Saldayaa, ni Norris-Clark han asumido que por sus consejos sin fundamento, y hasta peligrosos, Esau está en esa situación. Y él, al menos, está vivió, pero en muchos otros casos, los niños han muerto.

Fue el caso de Lorren Holiday, quien por andar corta de dinero, no tenía ni para pagar los cinco mil dólares de una partera y menos para un hospital. Al estar navegando por internet, descubrió la FBS y sus irresponsables consejos. Su esposo y ella, consintieron en comprar la cara guía de la FBS para que pudiera nacer su hija en su propio hogar. El día del difícil parto, sintió que la niña no se movía y a pesar de que le estuvo enviando mensajes a Saldayaa, de que las cosas no iban bien (estaba sangrando, tenía fuertísimos dolores y la niña ya no se movía), ésta, simplemente, le dijo que no debía de preocuparse y que “vas a morir mil veces antes de que nazca tu hija, por el dolor”.

Su esposo la tuvo que llevar de emergencia al hospital, pues se estaba desangrando y había perdido el conocimiento. Cuando despertó, se enteró de que su hija, a la que llamaron Journey Moon, había nacido muerta. “De haber recibido tratamiento adecuado y a tiempo, la niña se habría salvado y llevaría una vida normal”, señalan las reporteras. En efecto, una partera o en un hospital, habrían sabido qué hacer en una emergencia, pero en su casa, sin ayuda y sólo recibiendo las estupideces que Saldayaa le estaba diciendo, el desenlace fue fatal.

Saldayaa y Norris-Clark desarrollaron su “filosofía” debido a casos reales en los cuales, varias mujeres han sufrido violencia en los hospitales, son maltratadas por doctores y enfermeras, insultadas y cosas por el estilo, lo que llaman ellas “violencia prenatal”. Así es, pues sé de casos de mujeres que me han referido que sufrieron ese tipo de violencia hospitalaria, sobre todo, en hospitales públicos en donde, incluso, cuando les practican una cesárea (la operación que se requiere para sacar al bebé por el vientre), los días de internamiento son dos o tres, cuando mucho, y deben de salir del hospital cuando antes, aún en convalecencia, si sanar totalmente su herida, pues ya otra mujer está demandando su cama.

Sin embargo, que se dé como alternativa algo tan radical, hasta irresponsable, no es ético. Sobre todo, porque Saldayaa y Norris-Clark han ganado mucho dinero, tanto, que han adquirido muchas propiedades. Saldayaa tienen un gran rancho en donde da caros cursos para seguidores que gusten continuar propagando sus “consejos”.

Saldayaa adquirió su “experiencia” cuando trabajó, durante su juventud, como doula, que “es una profesional multifacética que trabaja con personas embarazadas y sus parejas, con un enfoque en la vida de una familia durante el período sensible en el que el apoyo marca la mayor diferencia y crea experiencias positivas a largo plazo” (ver: https://truecare.org/es/blog/que-es-una-doula-y-por-que-las-familias-embarazadas-deben-saberlo/).

Pero luego fue cambiando su modo de pensar y se radicalizó tanto que ni siquiera aceptó a las parteras como solución, “pues también llevan a las mujeres, finalmente, al hospital”, así que comenzó a promover el libre nacimiento. “En mayo del 2017, hizo un podcast promoviendo el libre nacimiento, además de cursos, escuelas por línea, retiros e incluso un festival. Fue un éxito rotundo y fue descargado diez mil veces en tres meses”.

Luego, se asoció con Norris-Clark, quien no era partera y sólo se presentaba como “asistente consejera en partos”, acción por la que cobraba $3,000 dólares. Así que ese par de casi neófitas, han explotado esa irresponsable tendencia.

De hecho, con el primer hijo que Saldayaa tuvo, debió internarse en un hospital, pues estuvo en peligro de perderlo, pero aún así, dice que “fue libre su nacimiento”

Lo peor es que, como dije, imparten costosos cursos de $6,000 dólares, para que los que se inscriban “aprendan las técnicas del libre nacimiento y asistan a mujeres. Pero muchas se han dado cuenta, demasiado tarde, que haber pagado $3,000 dólares por la asistencia de personas que nada saben de emergencias en nacimientos, les costó la vida de sus hijos. Eso les hubiera cobrado una partera, que sí habría sabido actuar en una emergencia”.

Incluso, Saldayaa casi perdió a su segundo hijo siguiendo su propia técnica.

Sin embargo, a pesar de que varios bebés han muerto, dicen las dos irresponsables que “no es su culpa y que si el destino quiere que nazca un niño, de la forma que sea, así será”. Incluso, a sus estudiantes de sus “cursos” les dicen que en caso de peligro, “no llamen al 911 y que simplemente digan que el bebé nació muerto, para evitarse situaciones legales”.

Y aconsejan también que si un bebé nace con síntomas graves de salud “que esperen, pues la Naturaleza es grande y se deben de corregir solos esos problemas”.

Pero como ya se están dando muchos casos de bebés que nacen muertos porque sus madres siguieron sus fallidas técnicas, ya han escrito en su página “ una advertencia (disclaimer) de que nuestro contenido es para propósitos educativos e informativos y no tiene la finalidad de diagnosticar, tratar, curar o prevenir cualquier condición médica relacionada con el embarazo y el nacimiento. Para un consejo médico, consulte a su médico o profesional de la salud”. Incluso Saldayaa ha admitido a sus estudiantes que “se nos pasó la mano llamando a nuestros cursos escuela de parteras”.

Claro, eso no les ha impedido a Saldayaa ni a Norris-Clark haber sacado ya varios millones de dólares, calculándose que la FBS ha obtenido unos $13 desde que comenzó a operar en el 2018.

Y, claro, a costa de que muchas pobres mujeres, creyendo ciegamente en sus “principios”, perdieron a sus bebés y casi mueren ellas mismas.

Saldayaa y Norris-Clark, sin embargo, acreditan su corriente por “miles de mujeres que hasta las felicitan, pues sus nacimientos se dieron libremente”.

Pero otras, han perdido a sus bebés, “y cuando han comentado en la página de FBS de sus pérdidas y de que se arrepienten de haberles hecho caso, de inmediato son borrados su comentarios y bloqueadas”.

Claro, no quieren saber Saldayaa ni Norris-Clark de lo malo que han ocasionado con sus tonterías.

Así que allí está otro caso de enriquecimiento inmoral, promoviendo cuestiones que en no todos los casos funcionan. Y si es así, no deben de promoverse, pues se dan los fatales resultados que muchas mujeres han vivido.

Pero como en el capitalismo salvaje todo se vale, con tal de hacerse rico y comprar muchas cosas, seguirán esos engaños, esas manipulaciones masivas.

Quisa la siguiente tendencia sea que podemos curarnos todo comiendo tierra o moscas.

No se sabe quién será el siguiente vival.

    

Contacto: studillac@hotmail.com

Ni los que están desarrollando aceleradamente la AGI saben las consecuencias que tendrá

Posted by Adán Salgado Andrade on martes, diciembre 09, 2025

 

Ni los que están desarrollando aceleradamente la AGI saben las consecuencias que tendrá

Por Adán Salgado Andrade

 

El desarrollo de una Inteligencia Artificial, IA, que diera resultados medianamente prácticos, culminó cuando Open AI, comandada por Sam Altman desarrolló, a finales del 2022, el  ChatGPT (Chat Generative Pre-Trained Transformer, algo así como transformador preentrenado generador de conversaciones), el cual, en su momento me propuse probar y en ese entonces, las respuestas que proporcionaba no eran muy elaboradas, casi correspondían a las que el buscador Google proporcionaba (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/01/chatgpt-permite-conocer-temas-muy.html).

Desde entonces, ha ido evolucionando, si no aceleradamente, sí, lo suficiente como para que hasta se le considere como algo indispensable, no sólo en las respuestas que da, cada vez más personalizadas y “humanas”, sino en todas las aplicaciones que se están desarrollando, como hasta haber creado sitios para que la gente sostenga “romances virtuales”, al nivel, incluso, de contraer matrimonio con los avatares creados por los usuarios (ver: https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/11/13/sociedad/mujer-japonesa-se-casa-con-personaje-de-ia-creado-en-chatgpt).

Ahora, en la febril carrera por lograr un mayor avance, se está buscando desarrollar la AGI (Inteligencia Artificial General, por sus siglas en inglés), que sería la madre, digamos, de todas las inteligencias artificiales creadas hasta ahora (ChatGPT, Meta, Deepseek, Gemini…). Esa AGI se autoentrenaría, además de que sería una suerte de súper cerebro que podría responder a todo o plantear escenarios sobre todo de lo que se le pidiera su opinión. Sería el equivalente a la computadora que jugaba ajedrez, la Deep Blue, de IBM, y que derrotó a Garry Kaspárov (Rusia, 1963) en 1997, siendo la primera vez que una máquina derrotaba a un campeón mundial de ese juego. Esa AGI ya nos rebasaría totalmente (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Deep_Blue_versus_Garry_Kasparov).

Esa AGI podría, en teoría, igualar y hasta superar al ser humano, su creador, en formas que ni aún los desarrolladores de empresas como Google, Meta, OpenAI, Apple, Microsoft o Amazon (entre otras que sostienen una acelerada carrera por ver cuál es la primera en lograrla), prevén las consecuencias que tendrá, sean positivas o negativas.

Los empleados en Silicon Valley encargados de su desarrollo, toman a diario un tren, que los conduce por una vía que va haciendo distintas paradas, cercanas a las empresas en donde aquéllos laboran. El artículo “’Está yendo muy rápido’: la historia interna de la carrera para crear la última IA”, firmado por Robert Booth, ofrece un recuento de los, hasta agotadores, esfuerzos por lograr la AGI (ver: https://www.theguardian.com/technology/ng-interactive/2025/dec/01/its-going-much-too-fast-the-inside-story-of-the-race-to-create-the-ultimate-ai).

Inicia su nota escribiendo que “en el tren de las 8:49 am que recorre Silicon Valley, las mesas están llenas de gente joven pegada a laptops, con audífonos, tecleando instrucciones de software. Mientras las colinas de California del Norte se ven pasar por las ventanas del tren, las instrucciones, de sus jefes, aparecen en las pantallas: corrige este error, agrega instrucciones. No hay tiempo para disfrutar el paisaje. Estos conmutadores son soldados rasos en la carrera global para logar la inteligencias artificial general – cuando los sistemas de IA igualen o superen a la inteligencia de seres humanos altamente cualificados. Aquí, en la Bay Area, de San Francisco, algunas de las empresas más grandes globales, están luchando por conseguir alguna ventaja. Y, a la vez, están compitiendo contra China”.

Y lo que buscan, más que el bienestar de la humanidad (ése, es secundario), es “tener el control de una tecnología que podría cambiar el planeta y está costando billones de dólares, gastados por los capitalistas más poderosos de Estados Unidos”.

Como eso sólo se logrará instalando cientos de centros de datos, en donde miles de servidores realizarán complejos quintillones de cálculos por segundo, ya en varios lugres se están construyendo y agregando a los ya existentes. Eso, tendrá además la consecuencia adicional de que como se requerirán enormes cantidades de energía para que funcionen tales centros de datos, además de millones de metros cúbicos para enfriarlos, se incrementarán las emisiones contaminantes de CO2 y la cantidad de agua. O sea, se incrementará el gasto energético, así como el consumo hídrico y empeorará la catástrofe ambiental. Éste, en particular, estresará a las regiones secas, como España, “que el 75 por ciento del país está en riesgo de desertificarse y la combinación de la catástrofe ambiental y la expansión de los centros de datos, están por llevarla al filo del colapso ecológico” (ver: https://www.theguardian.com/environment/2025/apr/09/big-tech-datacentres-water).

Cierto, pues, como señalé, una AGI podría mantener el control de todo: industrias, educación, ciencia, cultura, medio ambiente… claro, a un costo, pues serían servicios que se cobrarían con creces. Por ejemplo, alguna industria, en particular, podría preguntarle a la empresa que ya tuviera una AGI cuál sería la mejor manera de fabricar sus productos. Tal AGI podría, desde diseñar el proceso de trabajo más eficiente, hasta la logística, no sólo para su fabricación, sino para su distribución. O que se le pidiera diseñar alguna vacuna en particular contra una enfermedad. En este ramo, incluso, algunos desarrolladores consideran que se podría, con una AGI curar el cáncer en diez años.

Podría, en teoría, escribir artículos, novelas, poesías (aunque, seguramente, serían muy estandarizados) y una multitud de cosas en todas las ramas del conocimiento, de acuerdo con impulsadores (¿podría hacer filosofía?, se preguntaría uno). Y eso, en sus aplicaciones pacíficas.

Pero también tendría su lado obscuro, si se aplicara, como ya se hace, en la guerra. Por ejemplo, ya se ha planteado que si se aplicara a la planeación y ejecución de una guerra nuclear, sin duda no dudaría en lanzar las ojivas nucleares de un país contra otro (justo es el plot de la más reciente cinta de Misión Imposible, The Final Reckoning, 2025, en donde una IA actúa por sí misma y se propone destruir al planeta activando todos los sistemas de armas nucleares de los países que los poseen, al mismo tiempo).

Esa posibilidad se planteó en una reciente reunión en donde se preguntó cómo sería una IA que estuviera encargada de la defensa nuclear mundial (ver: https://www.theguardian.com/technology/2025/may/10/ai-firms-urged-to-calculate-existential-threat-amid-fears-it-could-escape-human-control).

Y ya Donald Trump (1946) implementó la Misión Génesis, para aplicar, en efecto, la IA a la defensa nuclear de Estados Unidos (ver: https://www.military.com/daily-news/2025/12/02/nuclear-agency-follows-trumps-genesis-mission-americans-still-unsure-ai.html).

Justo es lo que plantea Booth en su artículo, que los jóvenes aspirantes a convertirse en futuros importantes CEO’s, así como Sam Altman (1985), “en lo que menos piensan es en si sus creaciones tendrán aplicaciones positivas o negativas. Sólo los guía el deseo de que las cosas que les ordenan sus jefes, queden lo mejor que se puedan”.

Señala que el mismo Sam Altman dice que la AGI es “loca tecnología de ciencia ficción que se convierte en realidad. La verdad, no sabemos que sucederá después. Es más algo así como que lo iremos resolviendo en el camino. Se trata de esta extraña cosa que va emergiendo”.

Y es que el problema, en efecto, es que se ha comprobado que varios de los programas experimentales no se detienen, a pesar de que tienen instrucciones expresas de hacerlo.

Así que ese es el problema principal, que se desarrolle una suerte de Terminator de la Inteligencia Artificial, que piense por sí misma, y un día decida que nos va a destruir por ser una especie muy depredadora y destructiva.

 

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